martes, 16 de febrero de 2010

Asociación Ilicita VIII

...solamente un pie alcancé a poner en el barcito/parrillita de la estación, me congelé en ese instante. Asi como dudando si terminar de entrar o irme para otro lado. Esa voz que me parecía conocida, la que resultaba ser la del Infractor Habitual, parafraseando decía algo asi como:
-"si...porque yo cuando ya se que estoy de últimas por el ron, whisky o lo que sea, lo que hago es, llenarme la bañadera de agua tibia, apagar la luz, prender una velita de noche, prender un sahumerio, preferentemente de mirra o incienso, para dar a mi experiencia una mistica mas de otros tiempos, y quedarme ahi, escuchando el silencio...eso si al agua le agrego un poco de lavandina, porque sino tengo la impresión de estar rodeado de microorganismos teniendo sexo alrededor mío". Los tipos parroquianos lo escuchaban sin entender nada. Lo miraban desorientados, un poco por el pedo que tenian, por mas que fueran las cuatro de la tarde, y otro poco porque de todas maneras no entendían, no les llegaba, les parecía una pelotudez de un gil que tenía mucho tiempo libre. El único que escuchaba (mas allá de mi efimera presencia desde la puerta) con cierta comprensión de lo que decía en realidad, era el que estaba del otro lado de la barra, con pinta de ser el dueño, o de ser lo que en la jerga impropia de los barrios se autodenomina "gastronomico". Acostumbrado a escuchar historias y etilicos delirios de los transeuntes clientes que frecuentan esos pequeños reductos de distención urbana. Ese si, ese para mí que si comprendía. Acostumbrado a escuchar otro tipo de cosas tambien, pero eso no viene al caso.
Yo no se si comentar sobre sus vanalidades pequeño burguesas en ambitos que oscilaban entre lo poco amistoso y lo sencillamente inadecuado, era para el Infractor Habitual otra, una mas de sus infracciones habituales. Lo que sé con seguridad, es que opté por no entrar, salí pitando para mi caverna. Renunciando, al momento de distencion que el barcito proveía y a escuchar el final de los comentarios del Infractor Habitual. Tenía que preparar la mochila, en esos días salía para la zona de Colombia, Venezuela y Centroamerica. Lejanas tierras tropicales, donde se entremezclaban en la maleza de la selva, el mito de Gabo, ese García Marquez de Cien Años de Soledad y El Amor en los tiempos del Colera; el mito de las FARC, donde los chicos pobres recurrían cuando no les quedaba otra que meterse en el monte para que, fusil en mano de su propio destino pudieran hacerse; el mito de las recientemente desmovilizadas Autodefensas Unidas, contratadas por terratenientes y financiadas por los mas oscuros sectores del gobierno y la Oligarquía Colombiana; el mito de las bandas de narcotraficantes; el mito de Chavez y el Socialismo como excusa para perpetuarse en una pseudo democracia; no sé, el mito del Canal de Panamá, que unía dos grandes Oceanos por un hilito de agua. Eran muchos, muchisimos, los mitos que con sus propios efluvios de húmeda neblina, se mezclaban por esos lados. En pocas palabras, imaginaba unas tierras donde lo irreal se mezclara con lo irracional.
Con cierto sentimiento de culpa dejaba dando vueltas por Buenos Aires, a Ciro, a James, a los tipos cebados, a Julio el camionero violador de los antedichos, y hasta a, pese a mi reciente encuentro, al Infractor Habitual. Con la esperanza de que ellos también se tomaran unos días. No, no creo, esos duermen con los ojos abiertos, descansan cuando no descansan.
Mi mochila azul gastada, mis espaldas y mis ojos cansados, poco a poco se preparaban para otro viaje mas. Sea en el 24 o en TACA o a pura gamba, siempre hay un lugar donde ir.

lunes, 21 de diciembre de 2009

Asociación Ilicita VI

-Un tiro en una gamba o brazo nó....- me venía explicando el vigilante de la esquina.
-Tienen que ser dos...sabés por qué...?- proseguía.
Yo que sabía...así que...
-Por qué?-repregunté.
-Con un tiro vos haces daño, lastimás, ponele una vena, ponele una arteria.- bastante didáctica era su explicación, así que mientras esperaba el 24, le dediqué algo de mi atención.
-Con dos, ya empieza a jugar la probabilidad, o herís una vena y una arteria, o dos arterias, o dos venas...se pierde muchísima sangre- y le daba.
-...y créeme gordo, en la sala de Urgencias de cualquier hospital del conurbano, el proceso para decidir, es muy practico.- hablaba en un tono monocorde, lineal, afín a su preparación.
-...se considera la cantidad de sangre que los médicos van a tener que pedir a la sala de hemoterapia o al banco de sangre, se considera que esa sangre, escasa, va a ir a un delincuente...ecetera...ecetera- pero también hablaba con los vicios que su extracción sociocultural se lo permitían.
-...al final se termina por cortar por lo sano, es decir, amputando, sea el brazo o la pierna, o lo que sea.- acá hizo un alto, hizo un "corte" en su discurso, quizás para dar concordancia con la perorata mas "para", que "policial".
-...esto lo ví mil veces pibe, de principio a fin, desde el enfrentamiento, hasta la intervención en la salita de urgencias.-empezó de nuevo.
-...por eso ves a tantos en los semáforos pidiendo una moneda para el vino, sin una gamba o sin un brazo o en muletas o silla de ruedas, del impacto en la espalda no te cuento porque te vas a impresionar, no te quiero joder el día.-sus ojos resentidos tomaron una tonalidad renacentista, por esa actitud piadosa.
-...no soy un tipo impresionable...-me tenía que hacer el machito yo, igual con las "travesuras" que había visto últimamente, no se...por ahí me había vuelto menos impresionable, mas frío, casi tan hijo de puta como los actores que me representaban esa visceral tragedia diaria.
-...en la espalda es el peor disparo que podes recibir...mejor morite ahí, pero no salgas corriendo, un tiro en la espalda es una condena a una silla de ruedas, a la invalidez y a la lastima de los otros.-los altibajos que tenía este cana eran de locos, pasaba de lo táctico, a lo socialmente marginal y de ahí a lo poético.
En eso, en el semáforo paró el camión cebero de Julio, el tipo nunca frenaba, pero para mí que como lo vio al rati, frenó para no comerse una multa, que de cualquier manera no pagaría, ni en pedo, esta gente estaba al margen de todo. Submergencia Social Acelerada, una manera intelectualoide de describir como todo esto se estaba yendo a los caños.
Atrás, iban los enajenados de sus "colaboradores" (que increíble como el lenguaje corporativo se me iba ahincando, increíble no, coherente, "el oprimido adopta los códigos del opresor", el cana con el que conversaba era un ejemplo mas o menos de lo mismo), destrozando pedazos de carne y hueso, a hachazos, o golpeaban los caracúes, los costillares o las paletas, "de canto" contra los bordes de la caja del prácticamente destartalado camión, como una dualidad motorizada circulaba a los mangos por la ciudad, "camión destartalado-vacas destartaladas", destino final, pienso que la jabonería.
-A esos los tengo vistos.- Interrumpió mi silencio el azul.
-Ah si...?- Hice como si yo no los conociera.
-Cada tanto se mandan alguna, ya los voy a poner, el tema es con Julio, que es compadre del "subco", y no quiero perder la ropa.- Comenzaba a entender algo de ese complejo entramado que une la delincuencia con la actividad policial. En realidad no entendía nada, a lo sumo percibía, percibía algo jodido, algo denso, algo que olía peor que la caja del camión de Julio.
Justó vino el 24, por un acto reflejo dije:
-Bueno...- mientras le daba la mano.
-Chau, trapito.- me dijo, medio socarronamente, no entendí y me subí al 24.
El viaje al laburo no lo ocupé ni con la boludez del mp3, ni con los comentarios salidos de mi conversación con el cana.
Pero con un gusto pegajoso y amargo, me empecé a replantear esta cosa de la marginalidad. Del trato que de una u otra forma gustaba de establecer al menos en la superficialidad de lo dialectico, con este tipo de gente. En alguna oportunidad lo había admitido en voz alta, y como respuesta de mi interlocutor obtuve un naif:
-El que se margina sos vos...-
Me acuerdo que en ese momento me dieron ganas de reventarle la petaca de Whisky que tenía en la campera, en la cabeza, pero no lo hice por dos razones, tres en realidad:
1. El pibe lo dijo sin maldad.
2. El whisky es para tomarlo, fresquito, para que deje ese gusto reseco en el fondo de la garganta.
3. A Ciro, a James, al los tíos cebados, a Julio el camionero, al cana sádico y parapolicial de la esquina, los observaba yo, no sea que yo me convirtiera en uno de ellos y sus disfuncionalidades.
La ley de Dijkstra, reza "El Mundo es el bicho raro de alguien".

martes, 15 de diciembre de 2009

Asociación Ilicita V

El Mitre ese día estaba hasta las pelotas, almas y personas compartían un espacio mínimo, menos de un metro cuadrado, para cada quién, en pugna por un centímetro cúbico de aire, pudiera de una manera sartreana, intentar abstraerse de una de las expresiones mas populares y colectivas de la ignota existencia del Homo Urbanus. A mi lado un perejil chateaba con el celular, muchos emoticones, simbolitos y corazoncitos pude curiosear en la pantalla de su dispositivo móvil, por lo visto hablaba de cosas importantes.

Un asiento a mi lado se liberó, y fue cuando, como la serpiente en la superstición china, aproveché la oportunidad. Percibí cierta mirada de odio/desprecio/resentimiento aguijoneando mi nuca. A raíz de esto mis reflexiones casi terminan, o casi empiezan, no se, por inclinarse sobre la idea de que en situaciones limites, un tren lleno de gente, una trinchera, la interminable y burocrática fila que hay que hacer para iniciar un tramite en cualquier dependencia del Estado, son "esas pequeñas comodidades", una silla, un espacio de comodidad o una nimia posición donde expresarnos en nuestro plano mas individualista, lo que hace la diferencia. Pero me dije:

-Mejor no empiezo, desde temprano, no...- Mis frenos se activaron como un mecanismo de autodefensa, quizás para reservar energías, o quizás de puro pajero.

Francamente, los violentos sucesos atestiguados en días previos, forzaron que mis siguientes ideas fueran.

-Espero, hoy no cruzarme a los guachos esos, son muy zarpados, van a terminar mal.- En relación a Ciro y a James, igualmente no pude evitar imaginármelos ejerciendo su Justicia, en algún rincón de la Ciudad, dándole sentido a la vida de serviles ciudadanos, a través de su violenta aniquilación.

Me distraje porque en el asiento que tenía directamente enfrente, uno de esos "envases" que pululan por ahí se puso a leer El Argentino, una publicación gratuita, de corte oficialista. Pero que en una que otra de sus paginas siempre, a modo de anzuelo (eso era lo mas deleznable, que el anzuelo estaba vacío, limpio, sin carnada), ilustrados con una fotografía provocativa, se tocaban temas sobre las celebridades mediáticas que en ese momento ocupaban, los diferentes planos de la vida pública, televisión fundamentalmente. Mierda programada, producida y consumida a distancia.

Perdiendo el tiempo, definiendo el entorno que me rodeaba, no me percaté de su presencia.

Lo tenía enfrente, sentado al lado del que leía El Argentino, curioseándole el diario al tipo también, quede estupefacto, solo atiné tenuemente a susurrar:

-Uff...este...esto...- me descoloqué.

El Infractor Habitual, lo tenía visto, no me caía bien, y siempre alguna consecuencia tenía cruzarlo en el camino. Y el tipo, siempre Impune.

El Mitre, no se muy bien porqué, se empezó a saltear estaciones, y desde Retiro, hasta Núñez, no se detuvo en ninguno de los páramos pequeño y mediano burgueses que hay en el camino. Creo que era por algo de los piqueteros, o por un reclamo sindical que los empleados explotados de la empresa tranviaria estaban realizando en las estaciones. El tren iba a los pedos, y hasta las pelotas de gente. Al Negro Fontanarrosa, la escena le hubiera servido de relieve para cualquiera de sus creaciones. Incluso Molina Campos, locuazmente hubiera plasmado un lienzo a partir de este cuadro. Que de cotidiano, resultaba dantesco.

En referencia al Infractor Habitual, me la veía venir.

-Es por la cosecha...- empezó, así, solito, cuando se fué el que leía El Argentino.

-Perdón...?- le dije mas o menos serio, haciendo como si yo pensara que el tipo estaba alcoholizado. Pero no fue suficiente.

-Cuando no es por la cosecha, es por una deidad, cuando no es por mantener un mercado, es simplemente por aburrimiento.- Prosiguió, con mi implícita autorización.

-Pero siempre, siempre, siempre, la humanidad, va seleccionando doncellitas, las va cebando, las trata como reinas, las cubre de regalos, y de placeres terrenales, y por último, las destruye.-

Me percaté que hablaba de las chicas descriptas en El Argentino, en su hoja de Espectáculos, casualmente lo mismo que curioseaba segundos antes.

-Las destruye con drogas, alcohol, sobreexposición, cirugías estéticas, humillación pública, o salvando distancias temporo-espaciales, tirándolas a un volcán, Alejandra Pradón, Britney Spears, Nazarena Velez, Amy Winehouse, son todas facetas de un mismo fenomeno- Me entusiasme, cagandome de risa.

-Tal cual, no pasa tanto con los hombres, pero pasa.-Me respondió -Por ahí porque hace dos mil y pico de años tuvimos bastante con uno, y fuimos y lo crucificamos, anda a saber campeón, los dogmas se instalan de una manera medio rara en el subconsciente colectivo, de cualquier manera es con las minitas donde la perversión de todo esto, se desarrolla mas frecuentemente, así como biológicamente tienen fecha de vencimiento, la misma regla aplica también en estos casos.- Yo me quedé callado, no por empatía, sino porque no sabía cuales serían las consecuencias de responderle.

En Núñez, me baje a tomar una birra, cerré los ojos, mientras el néctar sagrado de la cebada me refrescaba, eclosionando etílicamente en mí. Cuando me despabilé de ese "micro-sopor" etílico, el tipo estaba de nuevo a mi lado. También con una birra. Asentimos con una mirada, cómplices de nuestras propias disfuncionalidades.

Un flaco entro en el barcito de la estación, con una cara, con unos ojos, "la mirada del dragón", hubiera sido el mejor apelativo.

Nuevamente coincidimos con el Infractor.

Y me dijo reconciliando:

-Yo también, siempre escondo uno armado en la Constitución Nacional de la Republica Bolivariana de Venezuela, es un libro chiquito, nadie le da pelota, por eso nadie le da bola a las Constituciones Nacionales, porque las editan en libros chiquitos...tendrían que probar editándolas en libros grandes y llamativos para que todos las recuerden y de esa manera la cumplan un poco mas...la gente le da bola a los libros grandes, como la Biblia.

-Y vos que haces...?- Me dijo con un tono desafiante.

-y...yo mantengo un blog....un par en realidad- Le respondí por decir algo.

-Te tiro una máxima que aprendí el otro día...?- Por dentro yo me preguntaba donde aprendería las cosas este tipo, incuso si estaba dispuesto a que alguien le enseñara algo, pero lo dejé hablar-..."todos los bloggers odian Sex and the City".- remarcó, con el tono de esas irrefutables y soberanas verdades que pocas veces se escuchan o se dicen por miedo a la denostativa calificación de "Políticamente Incorrecto".

Me quedé cayado un ratito, lo cierto es que las rubiecitas finas que aparecen en ese tipo de series un poco de aprehensión me generaban. Por ahí era algo así como un acto reflejo, producto de experiencias (malas) anteriores, además el tono de columna semanal de Cosmpolitan con el que la minita que interpretaba el personaje principal relataba sus peripecias y frivolidades, así como las de sus coparticipes, plagiaba mucho del estilo con el que la mayoría de los bloggers escriben, yo no, yo soy distinto. Pero vaya uno a saber por que. No me gusta Sex and the City.

Como la cosa venía por el lado de la televisión, cerveza de por medio terminamos hablando de publicidad, yo mire mi porroncito, y con la gracia de una babosa en un frasco de mermelada dije:

-Acá en Quilmes, tomándome unas Vicente Lopez...-

-Esa publicidad es una reverenda mierda...-dijo

-A mí me parece creativa...-dije herido en mi honor, por lo del chascarrilo de segundos antes...

-No flaco, queres una publicidad creativa...?

-Agarrá un estadio lleno no menos de una multitud fervorosa que aclama y festeja todo, pero tiene q ser una multitud, algo zarpado, ponelo a Messi o a Ronaldo o a cualquiera de esas estrellas, que el tipo inicie una jugada en mitad de cancha, gambetee a todos...al arquero...llegue al arco, el y el arco...patee... en ese momento que la pelota entra en el arco, la cámara filma desde atrás pero desde adentro del arco, y la pelota se convierte en un porroncito...de Quilmes bien helada blablablablblabla, bla...

-La cámara vuelve a la multitud...-Proseguía.

-Y Messi, Ronaldo, o el que sea...-Se tome un trago de la Quilmes....con una rubia botinera colgada del cuello.

-y pero un futbolista, un deportista...tomando alcohol frente a una multitud que lo aclama con el fervor de miles o millones....-intente, racionalizar...al pedo.

Me miró extrañado por mi ingenuidad, incluso quizás defraudado.

-A dominar masas locooooo!!!!- Respondió.

Tomé un trago mas de birra, por un reflejo involuntario los ojos se me cerraron un poco.

Comencé a intuir el porque de su "alias", Infractor Habitual, tal cual era, lo que hacía Este no solo era transgredir esas barreras que el sistema en su propia autodefensa iba instalando en nuestras existencias marca Billiken, el tipo además transgredía a un nivel que conjugaba cuestiones de naturaleza ética, moral, religiosa, estética y lógica, el tipo era un enfermo. No estoy seguro.

Mientras inventaba una excusa para rajar, como un certero disparo en el hipotálamo me surgió este pensamiento.

-Que cínico mas hijo de puta este...-

domingo, 22 de noviembre de 2009

Asociacion Ilicita IV

"...es así...laburas y estudias, hasta quedar quemado, física, mental y emocionalmente, le provees al sistema lo mejor que tu talento y energía pueda dar, despues llegás a los cuarenta, la boca del embudo se empieza a hacer mas y mas angosta, hasta que un día te percatas que te quedaste afuera...ahí es cuando por sobrevivencia, empezas a barajar opciones como agarrar un empleo que no requiera preparación especifica o sencillamente pegarte un tiro...total de cualquier manera terminas resentido...", mis optimistas pensamientos de obrero con aires de pequeño burgues se vieron interrumpidos por la llegada del subte que pasa por Tribunales a las dieciseis treinta y siete, con destino a Congreso de Tucuman, el pasaje bajó e intespestivamente se hizo dueño del andén, alguno que otro parecía empaticamente resignado a coincidir con mis pensamientos anteriores, el grueso o la mayoría, con el desagradable orgullo de los pobres triunfos, circulaba frente a mi, en un eclectico desfile de suficiencia urbana. Una mueca de repugnacia me fue imposible de evitar, aunque debo admitir que tambien me distraje con una que otra minifalda. Me quedaba esperar el tren con sentido hacía Catedral. Mas allá de lo anecdotico de la situación, mi atención se perfiló sobre un señor alto, tenía mas de cuarenta, y caminaba "con el desagradable orgullo de los pobres triunfos", sería por eso que me detuve sobre este tipo, no vestía precisamente un Armani, pero su atuendo combinado con cierto aire aristocratico, me permitía ver su indumentaria como un todo, el tipo estaba muy bien empilchado hay que admitirlo. Pese a su pertenencia ineludible al grupo de los cuarenta a cincuenta, el tipo despedía una natural jovialidad, un ascendiente cauto y sereno, y a la vez experimentado.
-A este no le fue tan mal...podría ser yo dentro de unos años- pensé. La locuacidad de mi sarcasmo me hizo vibrar en mi fuero interno.
Como en una serie de diapositivas. Lo siguiente que recuerdo, es como la bronceada tez de su rostro, proyectaba una expresión de horror, cuando dos sombras bajaron, una por cada una, de las escaleras mecanicas que tiene la estación. Parado a un costado del espejo grande que se encuentra en la punta del andén, pude percatarme hasta de mi propia sorpresa.
-El espejo no miente...-pensé de inmediato.
Erán mis actores favoritos en la pelicula de lo que se perfilaba como "mi nueva vida". Creo que envejecía o rejuvenecía diez años cada vez que los veía mandandose sus macanas de jugadores de ping pong.
-Cagaste...- dijé entre dientes.
-Ay ay ay, pero si es el viejo bufarra...como anda el viejo bufarreta...?- Empezó su coloquio James.
-No tenes idea vos eh...no tenes idea...-Continuaba Ciro, con sus patoteriles salamanerías.
A menos que Ciro y James, entre sus muchas disfuncionalidades se contaran las alucionaciones compartidas, parecía bastante claro que conocían al cuarentón. La actitud que este hombre tomó, daba cuenta también de ello.
El rush de adrenalina que me fluía al presenciar esta clase de tergiverzaciónes del concepto de "sociedad civilizada", probablemente fue el culpable de que, en ese momento, no me haya detenido a reflexionar sobre que clase de vínculo unía a Ciro y James con esta persona. Lo cierto es que lo habían llamado "bufarra". Algo que a las claras, podía interpretarse como un oscuro pasado donde la pedofilia y el abuso sexual, funcionara como el relojito que marca el ritmo de las miserias de una u otra parte, para siempre, como siempre.
Alineados, como en una blitzkrieg humana, los jugadores de ping pong avanzaban, el, hipnotizado por su inminente fin, permaneció firme, su piel ya no contaba con el brillo de su bronceado natural y saludable, mas bien adquiría una tonalidad seca, artificial, como una porcelana herrumbrada en el fondo de un oceano de abrumadora realidad.
Se acercaban.
-No se te ocurra hacer nada...hijo de puta- Decía James.
-Tampoco vayas a saltar a las vías imbecil.- Ciro, lo acompañaba. Tratando de manipular habilmente a su resignada presa.
Los dos, hace rato, habían desenfundado, los mangos de sus paletas de ping pong, donde escondían esas hermosas, plateadas, brillantes puntas, ya eran una extensión de sus manitos blancas.
Tan rapido se acercaban que a su paso parecía trazarse una linea cinetica. El punto impropio de esa línea era el cuarentón. Varias "X" marcadas en su vientre por las beligerantes puntas de Ciro y James darían cuenta de esto segundos mas tarde.
Ciro y James rajaron. Y acto seguido, algunas almas comenzaron a apersonarse, una a una expresaban cierto nivel de shock. El ejemplo mas claro fue el de una chica, una de esas que no hace falta detenerse mucho tiempo para inferirles el perfil, de madre primeriza, de putita fina de buen barrio, que se casa y tiene un hijo con el primer incauto motorizado que encuentra a su paso. Esta chica aparentemente no estaba preparada para el espectaculo que encontraría en el andén. Puesto que, mientras se acercaba, empujando el carrito de su bebé, fue tal su reacción que soltó el mismo. El carrito, a velocidad indefinida, comenzó a recorrer la escalera de la estación Tribunales. "El acorazado Potemkin", "Ciudadano Kane" o "Los intocables", no creo que hubieran podido preanunciar esta escena, donde un bebé con su carrito caían, como relatando el incierto destino de la naturaleza humana, hacia su propio infierno. El carrito rebotó una o dos veces al terminar de recorrer la escalera. Nadie, quizas por la inconsiente morbosidad de la que todos somos coparticipes, aún mas cuando integramos una masa, atinó a intentar nada. Evitar el destino de esta recien formada existencia no era una opción.
El carrito se volcó justo sobre el borde del andén, y el niño cayó directamente sobre lo que en apariencia era un panel de control electrico, el cual a raíz del impacto, comenzó a emitir una mezcla de radiación magnetica del cual esta nueva, pequeña victima, fue el siniestro objetivo directo. El niño inerte, ante el estupor de su madre permanecía, fragmentado y oscuro sobre las vías, aún cuando me fuí, optando por tomarme un taxi. Pensando en ese “incierto destino de la naturaleza humana” que había percibido en esas peliculas viejas.

domingo, 25 de octubre de 2009

Asociacion Ilicita III

Mis pensamientos comenzaron a enfrascarse sombríamente dentro del concepto de "...de que si la muerte no es en realidad el ultimo medicamento", subieron, inmediatamente despues de Ciro y James, que habían subido en la entrega anterior, tres anomalías reproductivas lookeadas a lo "pibe chorro", se hablaban entre ellos con un perturbador tono de voz, ofensivo y desafiante, para ellos y para todo aquel que estuviera condenado a escucharlos.
Frases como:
" te voy a meter caño...", "no se que de la pasta...", "...te cabe" y no se que mas.
Me empezó a doler el hipotálamo. Ay...! Como me dolía el cerebro, estando atrapado en esta decadente sucesión de expresiones precolombinas.
No obstante, percibí una inusual calma en Ciro y James. No se miraban. Pero sus narices estaban alineadas en un eje imaginario. Por bizarro que parezca, incluso a riesgo de que el trazar esta comparación roce con lo erótico. Esa fraternal conexión que tienen dos asesinos, parecía condicionada, por una serie de códigos solo permitidos al ojo avizor.
El escándalo de los pibes chorros duro poco. Subió al colectivo, un Representante de la Ley.
El tono, y la naturaleza de los comentarios de estos chicos multicolores mutaron automáticamente. Muy educados, comenzaron a comportarse. Si hasta hablaban como si fueran dos estudiantes de Derecho de la Universidad del Salvador.
El hecho de percatarme de esto me recordó cierto discurso sobre el catalizador de las obscenidades en el que lo que se plantea es la trasgresión del lenguaje, tomando este ultimo como un mecanismo de control social.
El policía se bajó, inmediatamente despues de mirarme, de mirar a los pibes chorros, y de mirar a Ciro y a James, no sin antes intercambiar una mueca sarcástica con el conductor.
Lo que resulta innegable e inocultable de toda esta secuencia es que, Ciro, James y yo, al menos, nos habíamos percatado del súbito y repentino cambio en el comportamiento de los gritones del conurbano cuando subió el Representante de la Ley.
La o las presas ya habían sido seleccionadas. No sin un verdadero "leit motiv", y a decir verdad, eran excelentes especimenes, frutos verdaderos de una naturaleza desvirtuada. De la pérdida del sentido.
Bajaron.
Junto a ellos bajaron Ciro y James.
Desde arriba, alcancé a ver como empezaba. Una mirada socarrona de uno de los cabezas, probablemente el que en la jerarquía del grupo ocupaba un rol menor, el bufón de la corona, el que tenía que probar algo.
Me bajé en la siguiente esquina, donde desde la seguridad de la distancia, me garantizaba un palco de privilegio para observar, y en cierta forma participar de este sacrificio. Que sus hijos, por medio del ritual de la autodestrucción, realizaban a la naturaleza, esa naturaleza desvirtuada.
Recuerdo, no tanto los hechos, pero si las vividas expresiones de sus rostros. El gesto de sorpresa que no pudo evitar el que parecía ser "el alfita" del grupo, cuando James, disimulado en el mango de su paleta de ping pong extrajo un puñal, cromado, con vetas, y hasta un lascivo diseño de estilo "art noveau". Certero fue el puntazo que le aplico a "alfita". El cretino hijo de nadie. Se desplomó automáticamente. Sus rodillas se doblaron. Sus manos intuitivamente se colocaron en el pecho, intentando detener la hemorragia, esa hemorragia que lo sentenciaba. Desde lejos cualquiera hubiera pensado que este pibe rezaba, y en una sociedad contradictoriamente cristianizada como la nuestra. No me hubiera sorprendido. "La muerte es el ultimo medicamento..." recordé.
Los otros dos quedaron estupefactos. Ciro y James, absortos en su rutina, permanecían imperturbables, al pánico de sus victimas. Sus expresiones no delataban la menor sorpresa. Sabían muy bien, como terminaría esta historia. La sabían de principio a fin.
- Por favor...no me hagan nada.- Dijo, con la dosis de cinismo que lo caracterizaba a Ciro.
Inmediatamente despues de esto, giro alrededor del vulgar secuaz. Y con la precisión de un cirujano, un golpe seco le aplicó justo entre la segunda y tercer vértebra, justo debajo de la cabeza. El chico se desplomó. Sus piernas temblaban como si estuviera en shock. La piel de su rostro, genéticamente marrón, se tornaba azul.
Me distraje por un ruido en la puerta de una casa. Intente enfocarme nuevamente, probablemente me perdí lo que paso con el tercero, el inocente, el que había empezado todo con una mirada socarrona.
Se acercó gateando hacia mí.
-Por favor, ayúdeme.- Dijo.
Tenía el pico de una botella de vidrio, introducido en el ano, probablemente hasta la altura de su nervio hemorroidal, inferior. La sangre que fluía como un río de lava, por el sulfuroso volcán de su...culo, serviría como un indicador de la gravedad de la herida.
"...tengo poder sobre tu vida", pensé.
-...y no veo porque utilizar ese poder.- le susurré, para su mayor confusión.
Mientras lo abandonaba por la oscura vereda del zoológico, interrogándome acerca de que derecho tenía yo de involucrarme en el destino de otro, escuchaba a mis espaldas la llegada de estos kerberos urbanos, sedientos de sangre, hambrientos de carne, ávidos por el espanto ajeno. Sin culpas, sin penas, sin artificiales construcciones morales. Los desgarradores alaridos de sus victimas interrumpían la silenciosa melodía de la noche de Barrio Parque.

miércoles, 21 de octubre de 2009

Asociación Ilicita II

Era una noche lluviosa.
-Era una noche lluviosa.- pensé.
-Bueno, los mejores cuentos empiezan con "era una noche lluviosa".- mi monologo se hacía parte de mis pensamientos, inspirado por esos ardides y neologismos que solo nuestro fuero interno nos permite.
Así que rumbié para el lado de Barrio Parque. Fui caminando hasta Mitré a tomarme, el 10. El perro que mi vecino tiene suelto en la puerta de calle en su casita de material, como tantas otras veces me acompañó, lamiendo la misantropía de mis huellas, y jugando alrededor mío, como yo, sin hacerse mucha historia por las gotas de lluvia que caían sobre nos. "Raindrops falling on my head" melódicamente hubiera acompañado la ocasión. Esto resultaría anecdótico puesto que en viaje, más o menos cuando el 10, estaba por doblar en Salguero. Subieron Ciro y James, pese que yo los había visto en una treintena de oportunidades, ellos un poco por mi tendencia a pasar desapercibido, y otro poco por sus desaprensivas tendencias, no se percataron de mi ubicación, al fondo y cerca del timbre, testigo silencioso de sus travesuras y aberraciones.
-Lo único que falta es que elijan una víctima.- Murmuré tranquilo, sabiendo que conmigo seguro se llevaban una sorpresa, yo los conocía, ellos a mí (teóricamente) no.
-Algo esta por pasar, los mejores cuentos empiezan con "era una noche lluviosa".-Pensé y repensé.

martes, 20 de octubre de 2009

Asociación Ilicita I

Asociación Ilicita...una historia de amigos...así como la pelicula Stand By Me- I (es "i").


-Son dos pibes medio raros esos dos...- Dijo una de las viejas del barrio.
-Déjalos, son jugadores de ping pong...es la nueva tribu urbana...siempre andan de a dos, eso los caracteriza- Dijo la otra con esos aires de "viejita cool" que siempre esta atenta a las nuevas tendencias, como un mecanismo para pretender un acercamiento con sus nietos, ahora que su hijo "el abogado", se había divorciado.
-Ah bueno...- Dijo la otra, apabullada.

La conversación la escuche, "al pasar", y no pude evitar cagarme de risa, pero lo que si es cierto es que, por un lado Ciro y James, eran dos pibes medio raros, después, la verdad sobrevendría con esos argumentos que solo los hechos gustan de poner de manifiesto. Lo otro que también era cierto es que eran jugadores de ping-pong, la nueva y misteriosa secta urbana que poco a poco, mesa a mesa, empezaba a instalarse en la ciudad, como la nueva tendencia, la nueva ola, la nueva gran cosa, la ultima sensación de las selectas juventudes que poblaban Barrio Parque. Pero la puta, que pasara algo en Barrio Parque no era poco, y a mi me gustaba verlo.
Hacía ya algún tiempo que me había empezado a gustar ir a caminar por Castex y por atrás de la Embajada, un poco porque como mi cripta está en Avellaneda y ahí no hay callecitas lindas y arboladas para patear. Y otro poco porque, bueno porque soñar es gratis, y patear por ahí era una de esas picardías, las picardías en las que soñás despierto. Y todo te chupa un huevo.

El otro era el Infractor Habitual, a ese lo tenía visto, me parecía "entre soso e hijo de puta", así que mucho no lo trate, era esa clase de tipos que uno no necesita conocerlo para saber que es un forro.
Siempre caminando solo y seguro de si mismo, como esos que parecen empujados por sus propias putadas a hacer lo que se les canta. Un hijo de puta.

Como se conocieron el Infractor Habitual, los jugadores de ping-pong Ciro y James, es una de esas incógnitas que nunca quedan del todo claras, como se conocieron pareciera una ecuación de doble incógnita en realidad, eso si recorriéramos la particular forma de modificar o contrarrestar la realidad que estos tres inadaptados descubrieron con el estilo frío, preciso y disonante que el lenguaje de la matemática así, sin muchas inconsistencias ni mariconadas de clase media, nos provee.

Ah!! Como olvidarlos, también estaban los tíos cebados, tipos laburadores, pero cebados, habían pegado un laburo en el camión del turco Julio, le levantaban los huesos y pedazos de grasa a todas las carnicerías que podían, y y y y y...que el turco Julio vendía trozada de una manera artesanal a una fabrica de jabón. Helo, Julio manejaba un camión cebero. Habrás notado, puto lector, que mencioné que "vendía trozada de una manera artesanal", "ar-te-sa-nal", estos salvajes violados (el turco Julio se los había violado uno por uno estando en pedo, también los violaba con el sueldo, los tenia en negro, pero eso no se notaba) iban en la parte de atrás despedazando a martillazos, hachazos y golpes contra los vértices del camión, pedazos de desafortunadas reces que tuvieron la puta suerte de nacer en Argentina, país carnívoro y adicto a la parrillada. Eran artesanos del descuartizamiento los muy jodidos.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Flesh...

De la amalgama de visceralidades bovinas que se habían papeado los cinco pelotudos en Siga la Vaca, se conjugaron planteos existenciales que por ahí circulaban, bastante impertérritos, irónicamente, incluso anacrónicos; con el tema de la carne venían ese día, con esto, con lo otro. Alcance a escuchar algo sobre la conformación de la prohibición del consumo de carne porcina en la ortodoxia judía, uno de los pelotudos decía que todo se remontaba a los tiempos donde las tribus presemiticas veneraban al cerdo como ídolo protector y proveedor, tras lo cual y ante la aparición de los hebreos en los mismos territorios, estos, muy hábilmente y vilmente tergiversaron toda esa creencia forzando una suerte de inversión de valores, convirtiendo a este animalito mágico en una personificación demoníaca. Al final Porky quedó reducido al rol de una mera alcancía donde contener ahorros.
Los otros cuatros pelotudos los escuchaban atentos, no se si porque realmente comprendían de lo que hablaba el primero, si porque no eran mas que cinco pelotudos egocéntricos esperando su turno para tomar la palabra o si porque les parecía remotamente interesante. La cosa es que el siguiente pelotudo empezó a hablar y un poco para salvar esa amena reunión de amigos de uno de esos que de insoportables se vuelven sublimes momentos de silencio y de reflexión, y otro poco porque el tema de la carne parece que era “El Tema” de la noche; y empezó a hablar ahora de la India y de la sacritud de las vacas. El, con la vehemencia del que sabe pero no comprende, se preguntaba textual, literal y lapidariamente, "como puede ser que en un lugar (ni siquiera decía país) donde la gente se muere de hambre, las vacas sean sagradas...? no sé, es contradictorio" (el tono cuasi-aristocrático de los forritos nacidos y criados en Belgrano, le resultaba inocultable). Los otros pelotas tristes, se animaron a darle una replica de corte macroeconómico, en la que su argumento giraba en torno a que eventualmente en la India debe de haber habido un período en el que la población creció tan exponencialmente (probablemente este pelotudo algo de razón tenía, después de todo no podemos esperar que de la practica del Tantra no haya consecuencias), de manera tal que los hábitos alimenticios hubieran tomado un carácter esencialmente agrícola, lo que en términos concretos forzaría las cosas al punto que las vacas serían mas útiles como animales de carga o proveyendo leche (leche “no tantrica” induzco). Yo me moría por meterme en la conversación y acotar que de hecho hubo un periodo en la cultura india en el que se consumía carne de vaca, durante el reinado de los vedas, pero eso me hubiera forzado a ser parte de esa claque de pelotudos, la cual es "no bueno”.
Como víctima de una fuerza de alguna manera magnética, poco a poco me metía en el discurso de estos susodichos pelotudos.
Parecía que todo el debate tendría como punto de equilibrio, esos “cuando”, donde la naturaleza humana pareciera no olvidar, ni perdonarse pulsiones tan primitivas, como lo es asegurarse el alimento, la generación de biomasa, que se yo. Y como, condicionado por el grupo, se construyen estructuras artificiales como los mitos, los tabúes, las creencias. En fin, lo cierto es que palabras como Ramadán, ayuno y cuaresma, empezaron a sonar desde mi mente, hasta un punto en que las percibía como un solo sonido, casi un ruido.
Inevitable fue que el cuestionamiento de la antropofagia apareciera con la magia que el intercambio de ideas, aún entre pelotudos, permite.
Se planteaba la posibilidad que todo este “big deal” que se fomenta alrededor de esto de “comer o no comer carne humana”, es o sería en definitiva, la manifestación catartica que provoca la transgresión de un tabú, en una socidead institucionalizada “a la cristiana”. Yo, “para mis adentros”, pensaba “ a mi no me molestaría comer carne humana, a la plancha, al horno, al asador, y preferentemente en platos de madera, mientras no me sirvan un…pito”.

martes, 22 de septiembre de 2009

cuando el cielo...

salgo a caminar por ahi cuando el cielo esta cubierto....
cuando el cielo esta cubierto de cielo...
salgo a pensar en pensar
a pesar de mis pesares
en pensar...
bo-lu-de-ces...

martes, 15 de septiembre de 2009

La gracia de vivir en un Loft

La gracia de vivir en un Loft,
la gracia de vivir en un Loft se ve diluida,
diluida si vivís en Avellaneda,
Avellaneda y sus fétidas aguas que bañan sus veredas,
las veredas de Avellaneda se ven iluminadas con la luna,
la...Luna de Avellaneda,
la gracia de vivir en un Loft,
en Avellaneda, vivir en un Loft,
no tiene gracia.
Gracias.

martes, 18 de agosto de 2009

y si...

...yo escribo cuentos porque es la mejor forma de escribir memorias de cosas que nunca me pasaron...

jueves, 23 de julio de 2009

Los Rodriguez

Rodriguez es un tipo simple, vende chucherías en el tren, le gusta tomarse un vinito en la estación,"tintito para mí" le dice a Heriberto el gallego del bar que asiente silencioso el pedido de uno de sus mas leales parroquianos. Le gusta leer la página de deportes de Crónica y pensar si el año que viene el equipito de sus amores tendrá una mejor campaña. Cuando era jovén Rodriguez laburaba en una metalurgica de Guernica, donde vivió toda su vida, los noventa fueron terriblemente inclementes para él y para la metalurgica que cerró dejando empleados en la calle y burdeles de barrio sin clientes. Con la tranquilidad del anciano que no es, recuerda esas sus mejores épocas, y trata de sobreponerse con un dejo amargo en la boca que diluye en el agrio tinto que le sirve Heriberto. Cae la tarde y Rodriguez no se detiene a pensar porque tiene que volver a la casita de material a ocho cuadras de la estación, no lo esperán los hijos amorosos que quizo tener, ni la dulzura de Alicia, esa morocha linda que pintaba de rojo carmín su corazón cuando era jovencito. Camina despacio, la pesadez del tinto o el tiempo o el "no tiempo" en el que se mueve Rodriguez que ni reloj usa, lo justifican desde el vamos. Casi no se percata de los pibes que corren atrás de una desvencijada pelota de trapo en la llena de pozos calle de tierra de la cuadra. Uno de los pibes parece errar uno de esos arcos imaginarios pero que valen lo mismo que uno del Monumental o de la Bombonera. Y la pelota va a dar justo a los pies de Rodriguez. "Eh Don...!", le grita el mas pícaro de los pendejos y Rodriguez le respondé con una derecha que le devuelve la alegría a esos chicos pobres. Rodriguez aprovecha para prenderse un pucho, "cancer de bolsillo" como los intelectuales limpios del centro dicen, se acuerda de esto y se sonríe sensiblemente. Abre la puerta, la pava en el fuego amarillo de la cocinita vieja, unos mates que el alma se va a chupar con calma de laburante y a dormir. Mañana será otro día. Mejor, peor o igual, pero otro día tendra para contar Rodriguez, otro tinto, otra pelota, otros mates. El mismo Rodriguez.

lunes, 8 de junio de 2009

Botica

...como salí temprano de la universidad, al viejo que nos enseñaba probabilidad ese día le había pintado disgregar mas de los común, en lugar de concentrarse en las cuestiones de dudosa utilidad que su cátedra implicaban ese día se volcó a un monologo cuyo hilo conductor eran las "políticas sociales" del gobierno de turno...en fin, una situación muy propia del clima imperante en esos días en prácticamente todos los elementos de la vida institucional, pública y privada de ACA…para el caso es lo mismo, la cosa es que a raíz de esto el viejo no termino de explicar y dio por terminada la clase. Lo cierto es que probablemente me hubiera encontrado a almorzar con algún otro rufián, pero como los rufianes se caracterizan por no ser del todo confiables, termine caminando un poco sin rumbo y un poco buscando no se muy bien que. Con la secreta sospecha de que algo pasaría, “algo que cambie…de una manera muy profunda tan profunda como novedosa…”. Me tuve que quedar con las ganas, porque no fue para tanto. Sin embargo, sobre Tacuarí antes de llegar a Rivadavia encontré este lugarcito, muy bien puesto, con especial énfasis en mantener una línea decorativa que sutilmente se matizaba entre el surrealismo y el misticismo. Me empujó sobre la puerta la circunstancia que me hacían falta unos carboncitos para hacer mis cosas. Hacía algún tiempo y de la mano de mi madre había adquirido cierta predilección por sahumar mi hogar con algunas hierbas, me gustaba, me otorgaba cierto aire sacro. El encargado de atender a los clientes era un empleado, notoriamente caracterizado por su acentuada y poco común inclinación sexual, la cual quedaba expuesta en sus “maneras”. Fue sobre este punto en particular, donde mas tarde mis pensamientos se detendrían. Lo cierto es esta apreciación me llevó por una reflexión casi Jungeana, en la que como conclusión general intepreté que aquellos individuos con menos interés en el sexo opuesto suelen ser en mayor o menor medida proclives a interesarse por esas verdades pseudocientificas propias de las artes místicas. Francamente en tren de planteos psicosexuales, hubiera preferido plantearme el hecho de cual era la razón para que los urinarios, tan simbolicamente asociados con la masculinidad, tubieran forma de U-te-ro...

domingo, 31 de mayo de 2009

Contame un cuento papurri...

Este debe ser el noveno intento que hago de escribir y mantener un blog...ya hice algo parecido una vez...pero un poco porque no super guardar digamos cierta congruencia en la tematica que iba a abarcar o porque no supe mantenerme constante con la edición de la bitacora o porque me olvide la password, el usuario, bah todo, el proyecto quedó en lo que quedó...
En fín, esas podrían ser algunas de las razones mas obvias por las que ahora se me ocurrio empezar con este. Donde voy a guardar esos cuentos cortitos que quedan como residuo las veces que me permito divagar y dejar volar mis pensamientos.