miércoles, 21 de octubre de 2009

Asociación Ilicita II

Era una noche lluviosa.
-Era una noche lluviosa.- pensé.
-Bueno, los mejores cuentos empiezan con "era una noche lluviosa".- mi monologo se hacía parte de mis pensamientos, inspirado por esos ardides y neologismos que solo nuestro fuero interno nos permite.
Así que rumbié para el lado de Barrio Parque. Fui caminando hasta Mitré a tomarme, el 10. El perro que mi vecino tiene suelto en la puerta de calle en su casita de material, como tantas otras veces me acompañó, lamiendo la misantropía de mis huellas, y jugando alrededor mío, como yo, sin hacerse mucha historia por las gotas de lluvia que caían sobre nos. "Raindrops falling on my head" melódicamente hubiera acompañado la ocasión. Esto resultaría anecdótico puesto que en viaje, más o menos cuando el 10, estaba por doblar en Salguero. Subieron Ciro y James, pese que yo los había visto en una treintena de oportunidades, ellos un poco por mi tendencia a pasar desapercibido, y otro poco por sus desaprensivas tendencias, no se percataron de mi ubicación, al fondo y cerca del timbre, testigo silencioso de sus travesuras y aberraciones.
-Lo único que falta es que elijan una víctima.- Murmuré tranquilo, sabiendo que conmigo seguro se llevaban una sorpresa, yo los conocía, ellos a mí (teóricamente) no.
-Algo esta por pasar, los mejores cuentos empiezan con "era una noche lluviosa".-Pensé y repensé.

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