martes, 20 de octubre de 2009

Asociación Ilicita I

Asociación Ilicita...una historia de amigos...así como la pelicula Stand By Me- I (es "i").


-Son dos pibes medio raros esos dos...- Dijo una de las viejas del barrio.
-Déjalos, son jugadores de ping pong...es la nueva tribu urbana...siempre andan de a dos, eso los caracteriza- Dijo la otra con esos aires de "viejita cool" que siempre esta atenta a las nuevas tendencias, como un mecanismo para pretender un acercamiento con sus nietos, ahora que su hijo "el abogado", se había divorciado.
-Ah bueno...- Dijo la otra, apabullada.

La conversación la escuche, "al pasar", y no pude evitar cagarme de risa, pero lo que si es cierto es que, por un lado Ciro y James, eran dos pibes medio raros, después, la verdad sobrevendría con esos argumentos que solo los hechos gustan de poner de manifiesto. Lo otro que también era cierto es que eran jugadores de ping-pong, la nueva y misteriosa secta urbana que poco a poco, mesa a mesa, empezaba a instalarse en la ciudad, como la nueva tendencia, la nueva ola, la nueva gran cosa, la ultima sensación de las selectas juventudes que poblaban Barrio Parque. Pero la puta, que pasara algo en Barrio Parque no era poco, y a mi me gustaba verlo.
Hacía ya algún tiempo que me había empezado a gustar ir a caminar por Castex y por atrás de la Embajada, un poco porque como mi cripta está en Avellaneda y ahí no hay callecitas lindas y arboladas para patear. Y otro poco porque, bueno porque soñar es gratis, y patear por ahí era una de esas picardías, las picardías en las que soñás despierto. Y todo te chupa un huevo.

El otro era el Infractor Habitual, a ese lo tenía visto, me parecía "entre soso e hijo de puta", así que mucho no lo trate, era esa clase de tipos que uno no necesita conocerlo para saber que es un forro.
Siempre caminando solo y seguro de si mismo, como esos que parecen empujados por sus propias putadas a hacer lo que se les canta. Un hijo de puta.

Como se conocieron el Infractor Habitual, los jugadores de ping-pong Ciro y James, es una de esas incógnitas que nunca quedan del todo claras, como se conocieron pareciera una ecuación de doble incógnita en realidad, eso si recorriéramos la particular forma de modificar o contrarrestar la realidad que estos tres inadaptados descubrieron con el estilo frío, preciso y disonante que el lenguaje de la matemática así, sin muchas inconsistencias ni mariconadas de clase media, nos provee.

Ah!! Como olvidarlos, también estaban los tíos cebados, tipos laburadores, pero cebados, habían pegado un laburo en el camión del turco Julio, le levantaban los huesos y pedazos de grasa a todas las carnicerías que podían, y y y y y...que el turco Julio vendía trozada de una manera artesanal a una fabrica de jabón. Helo, Julio manejaba un camión cebero. Habrás notado, puto lector, que mencioné que "vendía trozada de una manera artesanal", "ar-te-sa-nal", estos salvajes violados (el turco Julio se los había violado uno por uno estando en pedo, también los violaba con el sueldo, los tenia en negro, pero eso no se notaba) iban en la parte de atrás despedazando a martillazos, hachazos y golpes contra los vértices del camión, pedazos de desafortunadas reces que tuvieron la puta suerte de nacer en Argentina, país carnívoro y adicto a la parrillada. Eran artesanos del descuartizamiento los muy jodidos.

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